¿Qué son los colífagos somáticos y cómo influyen en la calidad del agua potable?
La calidad del agua es un tema de gran importancia que nos afecta a todos, de ahí que sea necesario extremar al máximo las precauciones. Son muchos los microorganismos que pueden encontrarse en instalaciones públicas o privadas y que pueden afectar a la salud de las personas que la consumen, como la E. Coli, P. Aeruginosa y Legionella Spp.
Los colifagos somáticos son virus que infectan bacterias del grupo Escherichia coli (E. coli) y otras bacterias relacionadas. Se caracterizan por su capacidad de penetrar la pared celular de sus hospedadores para replicarse, de ahí su denominación como “somáticos”. Estos microorganismos forman parte de la familia de los bacteriófagos y suelen presentar una cápside que contiene ADN o ARN, dependiendo de su composición genética.
En microbiología ambiental o como indicadores de la calidad del agua, los colifagos somáticos son ampliamente utilizados como indicadores biológicos de contaminación fecal. Su presencia en muestras de agua o alimentos es un indicador de que podría haber virus entéricos humanos, como norovirus o virus de la hepatitis. Debido a su resistencia y comportamiento ambiental, se consideran herramientas fiables para evaluar la calidad del agua potable, recreativa o residual, y para verificar la efectividad de los procesos de tratamiento y desinfección.
La detección de estos virus se lleva a cabo mediante métodos microbiológicos estándar, como la técnica de placa doble capa (double agar layer). Este procedimiento consiste en cultivar bacterias hospedadoras en un medio específico, donde se pueden observar placas de lisis, áreas donde los virus han destruido las bacterias. Estas pruebas son rápidas y eficaces, lo que las convierte en un método esencial para el monitoreo sanitario.
Los colifagos somáticos como indicadores víricos
Los colifagos somáticos ayudan a monitorizar la presencia de virus que se pueden transmitir por el agua, así como norovirus, adenovirus o rotavirus, que suelen causar enfermedades como la gastroenteritis o la hepatitis, entre otras.
Analizar todos los virus que se encuentran en el agua es un proceso costoso y complicado, motivo por el que se usan los colifagos como indicadores de una posible presencia de virus entéricos patógenos en el agua. Los colifagos son estructuralmente similares a los virus entéricos, son más fáciles de enumerar, se encuentran en mayor número y son persistentes en el medio acuático y resistentes frente a los tratamientos del agua.
Existen tres grupos de bacteriófagos entéricos en función de la capacidad de los colifagos para infectar y crecer en una cepa bacteriana concreta: colifagos somáticos, colifagos F-específicos y fagos de bacteroides. Son precisamente los primeros los que se consideran en las regulaciones como indicadores víricos de la calidad del agua.
Los colifagos somáticos como indicadores de contaminación fecal
Los colifagos de origen entérico (que infectan a bacterias intestinales y son expulsados con las heces) son también buenos indicadores de contaminación fecal en aguas potables, regeneradas, residuales o recreativas.
Los colifagos se replican en el aparato digestivo de personas y animales, por lo que su presencia en el agua indica contaminación fecal, así como posibles virus entéricos y otros agentes patógenos.
Esta presencia de colifagos en el agua que consumimos los humanos se debe a fallos en los procesos de tratamiento y desinfección que se utilizan para eliminar virus entéricos.
La importancia de los colifagos somáticos en la calidad del agua
Como ya hemos comentado, los colifagos somáticos son importantes porque se utilizan como parámetros indicadores de la calidad del agua. Si se detecta su presencia en el agua, es un indicativo claro de posible contaminación vírica o fecal.
Este uso de los bacteriófagos como indicadores de la calidad virológica del agua ha ido ganando cada vez más importancia, hasta el punto de que su uso ha sido recomendado por la OMS y se están incluyendo en varias normativas.
Métodos de detección y análisis
Antes de consumirse, el agua debe ser analizada. Hay que dejar claro que un análisis de agua es un proceso científico y químico que evalúa distintas propiedades y características del agua con el fin de determinar su calidad y su pureza.
Aunque el agua se puede analizar por diversas razones, la principal es comprobar que es apta para ser consumida por los humanos. El análisis debe ser realizado por un laboratorio especializado en análisis del agua y debe seguir los siguientes pasos:
- Muestreo: se recogen muestras representativas del agua a analizar mediante procedimientos específicos de laboratorio.
- Preparación de muestras: las muestras recogidas se preparan para su análisis, filtrándolas y ajustando el pH si es necesario.
- Análisis: las muestras son sometidas a pruebas y análisis según los parámetros de interés, pudiendo ser químicos, físicos o microbiológicos.
- Interpretación de resultados: los datos que se han ido recopilando son comparados con las normas y regulaciones aplicables para determinar si el agua cumple con los estándares de calidad que se requieren para su consumo.
Normativas relacionadas con los colifagos en el agua
La importancia de los colifagos como indicadores de la calidad del agua ha ido creciendo con el paso de los años, hasta el punto de ser recomendados por la Organización Mundial de la Salud y ser incluidos en normativas europeas como la Directiva (EU) 2020/2184 sobre el agua de consumo humano, o el Reglamento 2020/741 relativo a los requisitos mínimos para la reutilización del agua.
En España, están incluidos en el RD 9/2023 como indicadores de la calidad del agua de consumo.
Conclusión: la relevancia del control microbiológico
Para finalizar, queremos destacar la relevancia del control microbiológico, que se presenta como una herramienta fundamental para todo tipo de sectores, aunque aquí nos centraremos en lo que concierne a la calidad del agua.
Como ya os hemos comentado más arriba, son muchos los microorganismos patógenos que podemos encontrarnos en el agua y que pueden llegar a afectar a la salud de las personas. Por ello es fundamental realizar un control microbiológico, con análisis de calidad que nos garanticen que esta agua es para para el consumo humano.
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